En Japón, siempre han existido muchas creencias locales relacionadas con dioses especiales que deciden sobre la fortuna de los campos de arroz.
Estos dioses se refugian en las montañas durante el invierno
y bajan en primavera para cuidar y asegurarse que las plantas de las cosechas crezcan
sanas y abundantes. Cuando bajaban a las aldeas, ellos se resguardaban en los
árboles de cerezo, por eso se decía que cuando estos árboles florecían es que
los dioses habían llegado y era señal de empezar a plantar el arroz.
Muy interesante las creencias del Japón antiguo! Apoco no se
les antoja un rico arroz en este martes? Hoy tenemos nuestros yakimeshis al
2x1!
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